A propósito del Día Internacional de la Educación celebrado en días pasados, es momento oportuno para reflexionar sobre esta necesaria y relevante área, la cual requiere de un constante esfuerzo que la impulse para llegar a los estándares pertinentes.

La UNESCO hace hincapié en la consolidación de una educación de calidad , de carácter inclusivo y equitativa para todos; que permita permear mediante un aprendizaje útil y práctico de forma constante, rompiendo toda barrera de desigualdad, blindando con herramientas suficientes a las personas, para acercarse al ideal de una vida digna.

Para hablar del ámbito laboral, que es el que a su servidor le compete, retomo el lema que utilizó este año la UNESCO, “Invertir en las personas, priorizar la educación”, ya que profundiza en la necesidad existente de que gobiernos, particulares y la sociedad conjunta inviertan en programas educativos concretos y accesibles para todos; cada uno de los sectores a su medida y posibilidad, pero con un mismo objetivo: el progreso, bienestar y mejores medios de vida a través de la instrucción formal.

En el sector obrero, la educación no se visualiza como un tema de una meta única y establecida, sino como una constante preparación y capacitación con la cual se puedan afrontar los retos que las y los trabajadores enfrentan a diario en el paso de la Revolución 4.0; esta nueva forma en que funciona el mundo laboral y que parece confrontar a las máquinas y la digitalización contra la mano de obra humana.

Y es una de las índoles que tenemos que trabajar, ya que no se trata de una confrontación, sino de una adaptación entre ambas partes, que es posible con la debida capacitación, a través de la actualización constante de conocimientos y habilidades, que permitan a las personas trabajadoras dominar los temas tecnológicos e implementarlos en sus áreas laborales, impactando de manera positiva en su remuneración económica; estableciendo así, un esquema de competencias justas , en el cual las aptitudes laborales, debidamente respaldadas por una formación académica y prática, se vean retribuidas. A mejor preparación, mejores salarios, y en ese sentido, seguir en la formación de líderes y profesionales que permitan llevar al país a los mejores estándares de calidad y progreso, atrayendo consigo, inversión y más fuentes de empleo, debidamente remuneradas.

A su vez, el modelo nacional de Sindicalismo Responsable, Progresista y Democrático , mismo que impulsamos desde la Federación de Trabajadores de Coahuila, CTM, sabe bien de esta necesidad, por lo que encuentra como uno de sus ejes rectores a la educación, de la mano de la Universidad Laboral de México 4.0 “Miguel Ramos Arizpe” (UNILAM), que es una institución al servicio de las y los trabajadores y sus familias, y que tiene por objetivo, brindar una plataforma que responda a los cambios sociales, económicos, laborales y tecnológicos que el día de hoy, y con miras al futuro, nos ocupan. Con planes de estudio que se ajustan a los horarios y demandas laborales, teniendo como principal protagonista al estudiante trabajador, desarrollando la formación integral que permita al individuo sumar al desarrollo social y con ello, tener acceso a mejores trabajos, así como, mejores salarios y la apertura de una ventana de oportunidad hacia una vida digna, considerando los cambios y evoluciones que el nuevo mundo laboral exige.

Y es este, el compromiso que tenemos como sociedad, la demanda e implementación de programas y acciones que lleven la educación por cielo, mar y tierra a todo lugar, para que el progreso y los ideales de mejores empleos, salarios y mejores formas de vida, sean una realidad. Y así, México sea cuna y punta de lanza del progreso social, logrando mejorar la calidad de vida de las y los trabajadores.

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